Por Juan Tomás Valenzuela
El camino que han tomado
los papeles de Rafúl,
ha destapado un baúl
repleto de peculado.
Ver a Rubén Maldonado
defendiendo lo mal hecho,
nos muestra un camino estrecho
en pos de estas dos pandillas,
los del que tiene la silla
y el otro que está al asecho.
¿Un PLD dividido?
Pero solo en apariencia,
pues a la hora de la audiencia
se apiñan todos al nido.
Esta casta de bandidos,
que pernoctan el congreso,
que no está ninguno preso
porque no hay oposición,
cuando el tema es corrupción,
se aferran al mismo hueso.
Y ahora, estos personajes
crucifican a Faride,
tratando que el pueblo olvide
su conducta de pillaje.
La impronta de tigueraje
viene del ejecutivo,
de ahí pa’abajo, tó el vivo
se arregosta en corrupción,
dejando atrás a Rondón,
que es mucho menos lesivo.
La gente haciendo cocote
de supuesta división,
sin ver que la corrupción
los sube a todos al bote.
Ellos como los coyotes,
siempre cazan en jauría
y preservan su comía
ante cualquier imprevisto,
por tanto, siempre están listos
para cualquier fullería.
19 julio 2018